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Agua

Aproximadamente el 90% de un café espresso es agua, el cual puede llegar al 99% en una taza de café infusionado. Por lo tanto, es fácil apreciar la influencia que puede llegar a tener el agua sobre el sabor del café.

El agua ideal para tu café.

El agua para la preparación debe ser limpia, fresca y libre de impurezas, puesto que tanto en grano verde como tostado o ya en la infusión, el café tiene la capacidad de absorber los sabores o los olores de los elementos con los que este en contacto.

Entonces el agua debe ser neutra, sin sabor a cloro ni con pesadez calcárea: lo ideal es el agua filtrada en la cual los químicos y los sedimentos se remueven aunque se mantiene los minerales más importantes.

También se puede emplear aguas envasadas, sobre todo aquellas con bajo componente en sodio. Hay que comprobar en la botella que tengan un componente mineral de hasta 250 partes por millón, por que este nivel garantiza el mejor filtrado sin ser demasiado “duro” o “blando” para la infusión.

En la etiqueta de la botella puedes comprobar los niveles de calcio, magnesio y residuo seco.

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Si el agua contiene mucho calcio > 50 mg/L y magnesio >10mg/L, obtienes sabores más amargos en el café y aumenta el riesgo de acumulación de cal en la máquina.

Las aguas muy blandas <10mg/L de calcio pueden provocar sabores más ácidos y ser agresivas con el metal de tu máquina.

Un agua con un residuo seco de menos de 100 ppm ( mg/L ) de minerales es muy blanda o muy débil. En muchos casos, este tipo de agua afecta negativamente al sabor del café, ya que lo hace más ácido y con menos cuerpo.

Aguas con más de 300 ppm de minerales producen sabores más amargos y aportan un cuerpo muy denso y astringente.

Para hacer un buen café.

La cantidad total de residuos secos debe estar entre 100 y 200 ppm o mg/L.

Los parámetros que de cumplir el agua para conseguir una buen café y cuidar la máquina son:

  • Sabor neutro, sin olor a tierra o cloro
  • Su pH debe ser de 7; el agua debe ser neutra y apta para el consumo
  • Total de minerales (o dureza) de entre 100 y 200ppm
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El agua ideal para tu cafetera.

El agua no solo modifica el sabor de tu café, sino que también afecta a las máquinas encargadas de calentarla. Las máquinas, al calentar el agua (si esta tiene muchos minerales), existe la posibilidad de calcificación y de que se cree una capa de cal sobre las resistencias.

Por eso es muy importante conocer la mineralización de tu agua para cuidar correctamente de tu máquina.

Si el agua tiene muy pocos minerales, puede ser damasiado ácida (Ph < 6) y resulta corrosiva.

El agua muy ácida puede deteriorar los metales, y esto puede provocar que partículas de estos metales de tu máquina pasen a la bebida.

Por tanto es importante analizar tu agua; así sabrás si puedes usar el agua del grifo para hacer tus cafés o es mejor usar agua embotellada. 🙈

¿Y la temperatura?

Nunca debe llegar al punto de la ebullición.  El agua caliente disuelve los solubles sólidos presentes en el café molido y extrae los componentes químicos que brindan todos sus sabores y aromas, pero si esta hervida, quema el café.

En casi todos los sistemas de preparación, la temperatura ideal oscila entre los 91 y los 96 ºC : si está por encima, realzará el amargor de la bebida; su está por debajo, no llegará a extraer sus propiedades, sirviendo una infusión débil e insípida.

Cuál es la temperatura ideal para tu café.

Para disfrutar de todas las cualidades de un café, la bebida debe tener una temperatura de entre 65 y 67 ºC al momento de tomarlo, así se asegura el balance óptimo de las percepciones sensoriales. Si está más caliente, además de quemar la lengua, aumenta el amargor.

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